«Ni en otras seis vidas arreglo yo este desastre

jueves, 30 de octubre de 2014

El peso de los meses

Nunca más habrá un abril o un mayo como aquel.
Y todo será el eterno junio, sombrío julio, el desolador agosto.
El esperanzador septiembre y el desilusionador octubre.
Y nunca más se repetirá esta historia.
Y nunca sabremos cómo acaba tu telenovela favorita, o a qué saben nuestros besos, o de qué manera encajan mejor nuestros cuerpos.
Nunca sabremos de qué está hecho nuestro amor, porque no hay amor.
Ni sabremos cómo es la ilusión de encontrarse después de meses de amor a distancia, porque no hay amor.
Nunca sabremos si las cosas habrían ido bien, porque ya no hay nada.
Ni si tú o yo, o tú y yo.
Ni sabremos cómo es el amanecer mallorquín cogidas de la mano, ni cómo es estar en la arena mirando a las nubes al lado de tu persona preferida.
Me olvidarás.
Igual que olvidaste a abril, igual que te olvidaste de mayo.
Y solo recordaremos el eterno junio, el sombrío julio, el desolador agosto, el esperanzador septiembre, y el desilusionador octubre.
Y como un punto o final, o como un punto y seguido, o como un párrafo aparte, no sabemos si algún día, aprenderemos a querernos de nuevo, o si veremos juntas el final de tu telenovela favorita de ese pre-verano de 2014.

viernes, 24 de octubre de 2014

Tik tak

Tik tak
van a dar las 12,
y yo aquí,
tumbada,
pensando en ti.
Tik tak
y darán las 1,
y mis madrugadas,
como siempre,
tuyas.
Tik tak
llegarán las 2,
tu imagen,
la ansiedad,
las lágrimas.
Tik tak
y darán las 3,
y llegará el dolor,
el caos, la inestabilidad,
empezará la confusión.
Tik tak
y serán las 4,
y pensaré en lo bien que estarías a mi lado,
y en las noches que no vamos a tener.
Tik tak
y llegarán las 5,
y en mi memoria sin filtros
miles de recuerdos
que no sé si imaginé.
Tik tak
y darán las 6,
y no sabré si he acabado pensando en ti demasiado tarde,
o demasiado temprano.
Tik tak
van a dar las 12,
y yo aquí,
tumbada,
pensando en ti.

lunes, 6 de octubre de 2014

Haruki Murakami

«Escucha, Mari, ¿sabes una cosa? El suelo que pisamos parece muy firme, pero, a la que pasa algo, se te derrumba de golpe. Y a la que te hundes, sanseacabó. Ya no hay vuelta atrás. Luego lo único que te queda es ir viviendo sola en el mundo de abajo, entre tinieblas.»